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Ultravida

Hecha león, o leona, da igual...
una bola de fuego llameante cruzó la avenida esta tarde
con intrépidas caras vigilaron su andar
los gorriones viajeros, los autos incendiados, los vagones del mes.
Abrasado el cielo vespertino, cucharadas de dolor
Yo, un clavo. Situado en el mismo lugar; desnudo
desnudado, hecho añicos.
Ella leona, piel de iris, voz de meteorito.
La penumbra urgente se menea en torno a mí
la nube que oculta todo de una vez y hasta el fín
el ocaso de mis milagros y mi suerte
Hecha fuego , transparente,
Piel de vida o muerte o mas allá del morir.
Ultravida es, ella. Ultravida soy yo.

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mosquito

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En una búsqueda de esperanza cae la luna cada día tras las horas que no guardan, no, ya no guardan melodías blancas gatos que de la noche abrazan la ternura clara de sus horas cálidas mansas. Diciembre es, hermano el calor que apura el calor qeu guarda la locura. El exacto brindis por cordura, por placer, Por nacer otra vez.

Anochece

Yo sólo sé que ahora la ciudad se mece entre arboles ingleses gente sin hogar perros hambrientos y veredas desierto con arena y sal y la tarde anochece cuando el ruido desaparece y el grillo es un visir criminal por cantar, el silencio hace eco en el resplandor mismo del centro sobre las luces me siento a mirar la noche es un holograma dispuesto a hacerse material