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Juego de intensidades
Intensidades de juego
cambio el torno de piel
saboreo y me impregno
saliva sabe a sed
asperoso saboreo
la humedad cromosa
angulo sudoroso
Voy a dar el amor
hecho leche de siervo
al amo mayor amo
en toneladas de blanco
sabor asco
agrío lenguas y paladares
enteros
seco todo sudor en un gusto disuelto
¿cómo se abre el universo
cuando el puño cierro?
Como se abren los ojos
cuando me ves de nuevo
susurrando despacio
el espacio ajento
cuando al dejarte palabras
ya te pertenezco
cuando la lengua resbala
en el contorno incierto
cuando se mete profunda
como palabra moja paladares
como embriagadora de silencios
irregulares
juego de intensidades
cómplice de juego
apretado al centro

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mosquito

Mi casa es un hervidero de mosquitos estoy pensando en mudarme ellos ya hicieron  el movimiento necesario la jugada suficiente la supremasía vuelo tenue dulce ventilado acaricia mi piel seca el chillido incógnito a sincronizado a destono más ruidoso que cualquier creación humana insoportable insostenible mi casa era un hervidero de mosquitos mi casa fue mi casa y ya no lo es mi casa era un refugio de pesares

Anochece

Yo sólo sé que ahora la ciudad se mece entre arboles ingleses gente sin hogar perros hambrientos y veredas desierto con arena y sal y la tarde anochece cuando el ruido desaparece y el grillo es un visir criminal por cantar, el silencio hace eco en el resplandor mismo del centro sobre las luces me siento a mirar la noche es un holograma dispuesto a hacerse material
En una búsqueda de esperanza cae la luna cada día tras las horas que no guardan, no, ya no guardan melodías blancas gatos que de la noche abrazan la ternura clara de sus horas cálidas mansas. Diciembre es, hermano el calor que apura el calor qeu guarda la locura. El exacto brindis por cordura, por placer, Por nacer otra vez.