Y vuelvo al insignificante hartazgo de tenerme, como en última instancia a merced de mí.
Insisto, esto no parece real, no parece mío. Espera.
La embriagadora nostalgia de algún cuento de antología.
Tras las ventanillas de los autos el sol sonreía y no tanto...
se había quedado sin nafta camino a casa, y no le dio el humor para bajar a pedir ayuda.
Mañana será otro día sin él, dicen por ahí.
Leía esos cuentos borgeanos que, desde donde sabía, carecían de erotismo alguno
Ulrica pensé, Ulrica.
Volví a lo mío.
A los cuadernos sin nombres, pero con tu nombre mal escrito.
Ni palabra.
Rayones por doquier.
inconciencias, metáforas del arte, o del amor, o de algún sentimiento inexpresable
o una muestra no patrocinada de expresionismo minimalista andante por cuadernos mal-usados.
Se apaga la computadora de un tirón
se apagó la luz allá afuera también.
necesito un despertador. Uno que huela a nuevo, necesito. Pensé.
Felíz Invierno.-
Insisto, esto no parece real, no parece mío. Espera.
La embriagadora nostalgia de algún cuento de antología.
Tras las ventanillas de los autos el sol sonreía y no tanto...
se había quedado sin nafta camino a casa, y no le dio el humor para bajar a pedir ayuda.
Mañana será otro día sin él, dicen por ahí.
Leía esos cuentos borgeanos que, desde donde sabía, carecían de erotismo alguno
Ulrica pensé, Ulrica.
Volví a lo mío.
A los cuadernos sin nombres, pero con tu nombre mal escrito.
Ni palabra.
Rayones por doquier.
inconciencias, metáforas del arte, o del amor, o de algún sentimiento inexpresable
o una muestra no patrocinada de expresionismo minimalista andante por cuadernos mal-usados.
Se apaga la computadora de un tirón
se apagó la luz allá afuera también.
necesito un despertador. Uno que huela a nuevo, necesito. Pensé.
Felíz Invierno.-
Comentarios
Publicar un comentario